La Seguridad Energética Sostenible es la capacidad de asegurar un suministro continuo, asequible y confiable de energía, de todo tipo, que satisfaga las necesidades presentes y futuras de la sociedad, promoviendo el desarrollo económico, social y ambiental de manera resiliente y en armonía con la protección de los recursos naturales y la biodiversidad.
La Seguridad Energética Sostenible incluye:
• Adaptación Climática y Resiliencia: Asegura el suministro de energía frente a la variabilidad climática, el cambio climático y eventos extremos, protegiendo la estabilidad de comunidades y territorios.
• Transición hacia Energías Limpias: Impulsa la reducción de emisiones mediante la adopción de energías renovables y descarbonización, alineándose con objetivos globales de sostenibilidad.
• Gobernanza Inclusiva y Equitativa: Promueve la participación ciudadana, el respeto a los derechos humanos y la justicia intergeneracional en la toma de decisiones energéticas.
• Protección de los Recursos Naturales y la Biodiversidad: Minimiza los impactos ambientales y apoya la conservación de los ecosistemas y recursos genéticos esenciales para el bienestar humano.
Esta Seguridad Energética Sostenible implica muchos esfuerzos técnicos y científicos; así mismo demanda de grandes esfuerzos sociales, culturales, políticos y legales; pero sin lugar a dudas, la gestión antisoborno y de cumplimiento le dan la mayor viabilidad.
Imagine usted que hay sobornos para los procesos de entrega de energía a las comunidades; la desconfianza y los altos costos la hacen inaccesible. Imagine ahora que la cadena de suministro energética se emplee para lavar activos; la promoción del delito y la variabilidad de costos la hace excesivamente inestable.
La gestión energética sostenible requiere de una función integral, con el compromiso de todos los actores de la cadena.